Este blogue não concorda com o Golpe. RESISTÊNCIA JÁ A morte da Marisa, não é diferente da morte dos milhares no Iraque, invadido, na Líbia destroçada, entre outros, as mãos são as mesmas, acrescentadas dos traidores locais.
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sábado, 4 de janeiro de 2014
El funesto imperio mundial de las corporaciones 04/01/2014
Leonardo Boff
El País (Costa Rica)
Los buenos deseos de un año feliz son rituales. No pasan de ser simples deseos, pues no consiguen cambiar el curso del mundo donde los superpoderosos siguen su estrategia de dominación global. Sobre esto necesitamos pensar y hasta rezar, pues las consecuencias económicas, sociales, culturales, espirituales y para el futuro de la especie y de la naturaleza pueden ser nefastas.
Muchos como J. Stiglitz y P. Krugman esperaban que el legado de la crisis de 2008 sería un gran debate sobre qué tipo de sociedad queremos construir. Se equivocaron de medio a medio. La discusión no se dio. Al contrario, la lógica que provocó la crisis ha sido retomada con más furor. Richard Wilkinson, uno de los mayores especialistas sobre el tema desigualdad, estuvo más atento y dijo hace ya tiempo en una entrevista al periódico Die Zeit de Alemania: “la pregunta fundamental es ésta: ¿queremos o no queremos realmente vivir según el principio de que el más fuerte se apropia de casi todo y el más débil se queda atrás?
Los super-ricos y super-poderosos decidieron que quieren vivir según el principio darwinista del más fuerte, y que los mas débiles se aguanten. Pero comenta Wilkinson: «creo que todos tenemos necesidad de mayor cooperación y reciprocidad, pues la personas desean una mayor igualdad social». Este deseo es negado intencionadamente por esos epulones.
Por lo general, la lógica capitalista es feroz: una empresa se come a otra (eufemísticamente se dice que se fusionaron). Cuando se llega a un punto en que sólo quedan algunas grandes, cambian de lógica: en vez de guerrear, hacen entre sí una alianza de lobos y se comportan mutuamente como corderos. Así articuladas detentan más poder, acumulan con más seguridad para sí y para sus accionistas, sin tener en cuenta para nada el bien de la sociedad.
La influencia política y económica que ejercen sobre los gobiernos, la mayoría de ellos mucho más débiles que ellas, es extremadamente coercitiva, interfiriendo en el precio de las commodities, en la reducción de las inversiones sociales, en la salud, educación, transporte y seguridad. Los miles de personas que ocupan las calles en el mundo y en Brasil intuyeron esa dominación de un nuevo tipo de imperio, cuyo lema es: «la avaricia es buena» (greed is good) y «devoremos lo que podamos devorar».
Hay excelentes estudios sobre la dominación del mundo por parte de las grandes corporaciones multilaterales. Es conocido el de David Korten Cuando las corporaciones rigen el mundo (When the Corporations rule the World) . Pero hacía falta un estudio de síntesis, y éste ha sido realizado por la Escuela Politécnica Federal Suiza (ETH), en Zurich, en 2011, que se cuenta entre los más respetados centros de investigación, compitiendo con el MIT. El documento ha implicado a grandes nombres, es corto, no más de 10 páginas, y otras 26 sobre su metodología, para mostrar la total transparencia de los resultados. Ha sido resumido por el Prof. de economía de la PUC-SP Ladislau Dowbor en su página web (http://dowbor.org). Nos basamos en él.
De entre los 30 millones de corporaciones existentes, el ETH seleccionó 43 mil para estudiar mejor su lógica de funcionamiento. El esquema simplificado se articula así: hay un pequeño núcleo financiero central que tiene dos lados: de un lado están las corporaciones que componen el núcleo y del otro, aquellas que son controladas por él. Tal articulación crea una red de control corporativo global. Ese pequeño núcleo (core) constituye una super-entidad (super entity). De él emanan los controles en red, lo que facilita la reducción de los costos, la protección de los riesgos, el aumento de la confianza y, lo que es principal, la definición de las líneas de la economía global que deben ser fortalecidas y dónde.
Ese pequeño núcleo, fundamentalmente de grandes bancos, detenta la mayor parte de las participaciones en las otras corporaciones. La cúpula controla el 80% de toda la red de corporaciones. Son apenas 737 actores, presentes en 147 grandes empresas. Ahí están el Deutsche Bank, el J.P. Morgan Chase, el UBS, el Santander, el Goldman Sachs, el BNP Paribas (entre otros muchos). Al final menos del 1% de las empresas controla el 40% de toda red.
Este dato nos permite entender ahora la indignación de los Occupies y de otros que acusan al 1% de las empresas de hacer lo que quieren con los recursos procedentes del sudor del 99% de la población. Ellos no trabajan ni producen nada. Solamente hacen más dinero con el dinero lanzado en el mercado de la especulación.
Fue esta absurda voracidad de acumular ilimitadamente la que gestó la crisis sistémica de 2008. Esta lógica profundiza cada vez más la desigualdad y hace más difícil la salida de la crisis. ¿Cuánto de inhumanidad aguanta el estómago de los pueblos? Todo tiene su límite y la economía no lo es todo. Pero ahora nos es dado ver las entrañas del monstruo. Como dice Dowbor: «La verdad es que hemos ignorado al elefante que está en el centro de la sala». Está rompiendo todo, los cristales, la vajilla y pisoteando a las personas. ¿Pero hasta cuándo? El sentido ético mundial nos asegura que una sociedad no puede subsistir por mucho tiempo asentada sobre la sobreexplotación, la mentira y la antivida.
Fuente: http://elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/89437
sexta-feira, 3 de janeiro de 2014
Gobiernos populares de Latinoamérica, ¿transición o reciclaje? 03/01/2014
Notas a propósito del artículo de E. Gudynas, “La izquierda y el progresismo: la gran diferencia”
Gobiernos populares de Latinoamérica, ¿transición o reciclaje?
Isabel Rauber
Rebelión
El texto de Gudynas intenta poner en blanco y negro los cambios políticos que vienen teniendo lugar en territorios de Nuestra América. En ese sentido, al iniciar el artículo afirma: “Uno de los mayores cambios políticos vividos en América Latina en los últimos veinte años fue el surgimiento y consolidación de los gobiernos de la nueva izquierda.” Nótese que el autor define a estos gobiernos latinoamericanos como “los gobiernos de la nueva izquierda”, sin embargo, de inmediato los subclasifica como “progresistas”, por considerarlos anclados “en la idea de progreso”. Sobre esta base, asegura, se marca una “divergencia” con “muchas de las ideas y sueños de la izquierda latinoamericana clásica.”
Así, en el primer párrafo del texto, el autor emplea tres categorías políticas diferentes: nueva izquierda, progresismo e izquierda clásica. Atribuye a ellas diferencias sustantivas en las miradas estratégicas, las propuestas y planes gubernamentales, y en las prácticas políticas concretas de los actores políticos que las encabezan. Sin embargo, no deja en claro qué entiende por “nueva izquierda”, ni por “izquierda clásica”. Tampoco define claramente que entiende por "progresismo" ni por "progreso".
Al principio parecería que, según el autor, la “nueva izquierda” es el “progresismo”, sin embargo, línea a línea, se ocupa de demostrar que los gobiernos que engloba indiferenciadamente al inicio como de la “nueva izquierda”, en realidad no lo son, puesto que solo llegan a ser “progresistas”. Aquí surgen interrogantes: ¿Por qué definirlos entonces como algo que inmediatamente se niega? Al parecer esto responde a la intención del autor de marcar una distancia sustantiva entre el período inicial de los gobiernos de la “nueva izquierda” en Latinoamérica, y el período actual, en el que siempre siguiendo a Gudynas‑, estos han devenido en: “progresistas”, anclados en las viejas ideas de progreso y crecimiento económico, es decir, economicistas. De aquí se derivarían, a ojos del autor, políticas muy limitadas de estos gobiernos en relación con la perspectiva de cambio social, ancladas en exportación de materias primas, en estimulación del consumo, en planes de asistencia económica a los sectores desprotegidos, para lo cual apelan –fundamentalmente‑ a políticas extractivistas…
“El progresismo actual (…) no discute las esencias conceptuales del desarrollo”, afirma el autor. Esto supondría, en síntesis, que los gobiernos de la ex-nueva izquierda devenidos en progresistas, se atienen planamente a la antigua concepción economicista del desarrollo, contradiciendo y alejándose crecientemente de los procesos democratizadores originariamente impulsados desde abajo, con los movimientos sociales, y ahora frenados-negados desde arriba. Llegado a este punto el autor entra en una seguidilla de consideraciones que buscan reforzar sus objeciones a los que considera hoy son ex-gobiernos de la “nueva izquierda”. Con las generalizaciones secundariza o menosprecia los esfuerzos por construir instancias articuladoras regionales (ALBA, UNASUR, CELAC) y su significación política en este tiempo para los procesos de cambio que pugnan por profundizase y enraizarse en cada país.
La transición en la nueva realidad global y continental
Un debate postergado pero imprescindible
El articulo mencionado resulta una provocación interesante, porque –aunque su autor no se lo proponga‑ con sus reclamos e imputaciones, pone al descubierto la necesidad de abrir debates acerca de la transición hacia la nueva sociedad, acerca de sus contenidos, sus tareas, sus significados, sus actores centrales, sus alcances, su horizonte histórico… en las condiciones actuales de Latinoamérica, en el actual sistema mundo y tiempo histórico que vivimos.
Vivimos tiempos de cambios constantes y de confusión, y ello lo refleja también Gudynas al escribir de forma confusa. Es evidente que tiene preocupaciones y se percata de algunos problemas, en realidad, poco novedosos para quienes seguimos de cerca el curso de los procesos actuales. Pero aunque no enseña nada nuevo, su análisis recorre algunos puntos clave que es preciso discutir. Toca muchas aristas y, al hacerlo –aunque de modo disperso y forzando regularidades donde, si existen, no están suficientemente claras aún‑, llama la atención y provoca el debate, considero que en ello radica probablemente su principal aporte.
No ocurre lo mismo cuando se refiere a las interrelaciones entre movimientos sociales y ong’s, estableciendo prácticamente una equiparación entre ellos, con lo cual da por tierra sus planteamientos respecto del protagonismo de los movimientos (¿o se refería a ong’s?). Igualmente resulta cuando menos llamativo su elogio a la CIDH, como si se tratar de un organismo que brillara por su criterio de justicia para con los pueblos… Estas referencias parecen más bien una reacción de enojo del autor frente a alguna crítica de la que pudo ser destinatario, aunque no lo manifiesta así en este artículo.
Algunos temas o problemáticas a considerar
-Cambio de mentalidad y construcción de un nuevo pensamiento crítico
Analizar con parámetros de ayer la realidad del presente es fuente segura de errores. Y ello ocurre cuando se intenta trazar una línea de continuidad analítica entre la realidad social local y mundial, las tareas y la perspectiva estratégica que se planteó la izquierda en el siglo XX, y la realidad del sistema-mundo actual del cual es parte nuestra región y, consiguientemente, entre las propuestas y actitudes políticas de la izquierda que hoy gobierna (“nueva izquierda”, “progresismo”), y los planteamientos de la “izquierda clásica” (de fines del siglo XX).
Vale hacer notar, además, que en el siglo pasado no existió una “izquierda clásica”, hubo muchas izquierdas, muchas miradas, propuestas, estrategias y caminos para lograrlas, protagonizados por actores políticos diversos, generalmente enfrentados entre sí. Tal fue el caso, por ejemplo, de la división entre los reformistas (camino gradual de reformas dentro del capitalismo) y losrevolucionarios (toma del poder, ruptura con el sistema e implantación del socialismo), y sus consiguientes propuestas de las entonces llamadas vía pacífica (electoral) y la vía armada (insurreccional o guerra de guerrillas para la “toma del poder”).
Indudablemente estas polémicas, lejos de estar saldadas, se manifiestan hoy bajo nuevas formas, aunque ahora tienen lugar en la realidad de un nuevo sistema-mundo regido por la hegemonía global del capital con sus instituciones de poder global del mercado. Al plantearse el cambio social, es necesario entonces, dar cuenta y enfrentar nuevas problemáticas, nuevos contenidos, horizontes y actores. No se puede trazar una línea directa entre los reformistas ayer y quienes hoy plantean caminos de reformas, ni viceversa. No se puede tampoco, contraponer abstractamente, reforma y revolución; dicotomía que cada día se revela más obsoletas, a la vez que surgen y se plantean nuevas y complejas mediaciones, contradicciones y tensiones entre lo viejo y lo nuevo, entre reformas y cambios raizales.
¿Qué significa hoy ser revolucionario?, ¿tomar el poder?, ¿qué poder?, ¿quiénes? Y, en tal caso: ¿qué harían el día después?, ¿quiénes?, ¿con quiénes?, ¿cómo?
¿Para qué se quiere o se necesita el poder político-institucional? Pues para impulsar cambios en la realidad social, promover la organización y ampliación del sujeto político-social en su desarrollo hacia la conformación de la fuerza social de liberación, capaz de constituirse en conducción soiopolítica popular del proceso histórico de cambios, desde abajo, en los ámbitos parlamentario y extraparlamentario. Y para pensar colectivamente, decidir y realizar los cambios raizales, en la medida que el conjunto de condiciones sociales, culturales, de conciencia, organización, y en la subjetividades, así lo haga posible… transformando la correlación de fuerzas anclada en el poder constituido, desde el nuevo poder constituyente.
-De la izquierda del ‘deber ser’ a la izquierda del ‘ser’
Ser de izquierda significa que se es revolucionario, no que se recitan textos, ni que se dicen bonitos discursos, o que se tienen perfectos programas. Ser revolucionario es ser parte del proceso colectivo de cambio del mundo en sentido de justicia, equidad, paz, progreso humano, en el sentido y con el contenido que esto tiene para el horizonte revolucionario… ¿Qué cantidad de cambios hay que hacer en cada momento y a qué velocidad han de realizarse? Nada de ello puede definirse fuera de la arena de los acontecimientos y sus contradicciones. No hay recetas; no hay fórmulas. Se trata de una pulseada permanente con el poder del capital en general y con los nichos de su hegemonía que están dentro de nosotros mismos.
La teoría revolucionaria no puede existir fuera de los procesos revolucionarios y sus sujetos; es guía para la acción en tanto emana de ella, se nutre y enriquece en las prácticas socio-transformadoras y hacia ellas vuelve, marcando aciertos, errores, desafíos, mostrando trampas y abriendo caminos… estimulando la marcha. Es pensamiento crítico de las prácticas revolucionarias, por eso puede orientarlas, ser “guía para la acción”. Lamentablemente, esta expresión se tomó al pie de la letra, mecánicamente, suponiendo que para ello debía haber una doctrina correcta, científica, previa a los acontecimientos. Ella, como si fuera una linterna, habría de conducir a los pueblos en lucha por el buen camino, alejando a sus conducciones de errores y derrotas. Nada más alejado de la realidad, de la propuesta epistemológica de Marx, y de la verdad histórica.
No existe una teoría absoluta sobre el comunismo, el socialismo comunista, comunitario, o del siglo XXI, esperando en el algún lugar (fuera del mundo), para ser “aplicada” a cada realidad. Nada másapriorístico y dogmático que ello. Como ya advirtiera Marx, esta es “la oposición típica del idealismo entre la realidad y lo que debe ser…”, paradójicamente el rasgo característico del mal llamado “marxismo científico” en el siglo XX. [Marx,C., 1966: 11]
La ideología, el pensamiento crítico revolucionario, el pensamiento político y social se van construyendo permanentemente, es decir, están en constante cambio, con los acontecimientos históricos, con la maduración de conciencia de los sujetos en sus prácticas, con las dinámicas de las luchas sociales de clases, etcétera. Como advirtiera Mariátegui: es una “creación heroica” de los pueblos, y por tanto, hay que rescatar esa creación, sistematizarla y conceptualizarla y reconceptualizarla permanentemente, desde abajo, en articulación orgánica con los sujetos colectivos de las prácticas sociales, siendo –a la vez- parte de ellos.
-Del enfoque analítico abstracto a la mirada analítica sistémica (concreta)
El autor presenta sus enfoques aún atrapados por los límites del pensamiento lineal‑fragmentario propio del siglo XX: aborda las cuestiones ecológicas o de la naturaleza de modo aislado, igualmente lo relativo a pobreza, desarrollo, democracia… como si estas problemáticas sociales se pudieran analizar y resolver aisladamente, sin contar con un enfoque integral sistémico de la realidad social en cada momento (integrando economía, política, cultura, modo de vida). Concuerda con el Buen Vivir levantado por los gobiernos, pero les recrimina que no lo llevan a cabo.
La pregunta, en tal caso, sería: ¿Cómo saber si lo llevan a cabo o no?, ¿a partir de qué elementos?, ¿desde dónde, con quiénes y con cuáles parámetros medirlo? ¿Porqué? Indudablemente hay que entrarle de lleno a estos debates.
Urge reflexionar sobre las condiciones de la transición en la situación actual del mundo y de nuestras sociedades, teniendo como punto de partida (y de llegada), las experiencias de los actores sociopolíticos que las llevan adelante, sus y las subjetividades, identidades, cosmovisiones…
-Recuperar la dimensión analítica y sistémica de la categoría “modo de producción”
Ser ecologista, por ejemplo, no implica necesariamente estar ubicado en el nuevo tiempo. Si se piensa en la ecología separada del modo de producción y reproducción de la vida social, se mantiene la vieja concepción de la naturaleza como objeto del cual la humanidad puede “servirse”, en tanto sujeto.
Integralmente, el debate acerca de la ecología es parte del debate civilizatorio, del planteo claro de la indivisible interrelación naturaleza-sociedad como clave para la defensa de la vida toda. Este resulta uno de los anclajes epistemológico-cosmovisivo fundamental pues abre posibilidades para la creación de un nuevo modo de producción y reproducción de la vida social, es decir, de un modo de vida, anclado en la indivisibilidad de la vida humana y de la naturaleza. Es por ello, un horizonte promotor de la creación de una nueva civilizan (re-humanizada).
La civilización creada por el capital y su lógica de mercado amenazan a la sociedad y la naturaleza de muerte, el sistema mundo anclado en la producción destructiva para satisfacer la voracidad creciente de ganancias de los centros del poder global del capitalismo actual, profundiza un sistema productivo-destructivo que no toma en cuenta el sistema reproductivo, es decir, no se hace cargo de las consecuencias o cargas sociales que su reproducción sistemática imponen a la sociedad (con énfasis en las interrelaciones humanas y sus modos de vida) y a la naturaleza. Encontrándonos al borde del abismo, la defensa de la vida se impone y es integral y reclama la construcción de una convivencia armónica entre sociedad y naturaleza como parte de un todo que se llama vida. Con esto quiero subrayar un elemento central: el contenido sistémico, interconectado de las problemáticas a enfrentar y, por tanto, de las respuestas a construir para superarlas.
En relación con esto, está claro que los caminos de la transición hacia la nueva sociedad y el nuevo mundo ‑cuyo horizonte se redefine y abre con la llegada de estos gobiernos de la “nueva izquierda progresista” latinoamericana‑, ya no pueden analizarse con los lentes de una lupa del siglo XX, cuyos parámetros pertenecen a un mundo y un tiempo histórico que ya no existe.
Las problemáticas de hoy no son exactamente las mismas de ayer, recicladas. Aunque muchas coinciden, se desarrollan en situaciones y dimensiones nuevas, con aristas e interconexiones no solamente nuevas, sino anteriormente desconocidas o inimaginadas. Por ello hay que descubrirlas y analizarlas tal como ellas existen y se manifiestan hoy.
Habría que ir incluso unos pasos atrás y ver si existe una claridad común en la definición acerca de cuáles son los pilares claves para avanzar hacia una civilización capaz de superar los males, las tragedia, los modos de interrelacionamiento y pensamiento humanos de la civilización actual, regida por la lógica del metabolismo social del capital.
Un recorrido por las programáticas de los actuales gobiernos progresistas, de izquierda, revolucionarios o populares de la región parece indicar que no es así. Esto refuerza la necesidad de centrar las reflexiones también en este aspecto ‑aunque sin pretender unificar o encasillar procesos socioculturales profundamente diferentes‑, para ir fortaleciendo, tal vez, sus posibilidades de encaminarse hacia la construcción de convergencias estratégicas. Esto es parte de los desafíos del presente. A ello se anudan interrogantes claves. Entre ellas:
¿Quiénes son los creadores y protagonistas de las definiciones del rumbo de los cambios, de sus contenidos, sus ritmos, etc.? ¿Puede el pueblo de un solo país, aisladamente, en el mundo globalizado, crear y construir una civilización nueva?, ¿en qué aspectos sí y en qué debe hacerlo interarticuladamente con otros? ¿Cuál es el sentido de la integración latinoamericana?, ¿está relacionada con la posibilidad de construir un referente regional capaz de correr el horizonte civilizatorio mas allá de los límites del capital o es solo un campo formal para el intercambio mercantil y diplomático?, etcétera.
Reflexionar sobre esto ayudará a pensar hasta dónde un proceso de cambios sociales raizales puede avanzar dentro del capitalismo, realidad sociopolítica, económica y cultural en la que viven y se desarrollan todos los países, gobiernos y procesos del mundo, y desde la cual y en la cual también creamos, construimos los cambios y pensamos la transición. Ello contribuiría, por ejemplo, a matizar o reinterpretar la expresión del autor cuando, refiriéndose a los gobiernos de la “nueva izquierda” o “progresistas” latinoamericanos, dice: “…en algunos casos hay una retórica de denuncia al capitalismo, pero en la realidad prevalecen economías insertadas en éste...”.
¿Acaso supone el autor que los que ganaron las elecciones podrían romper inmediata y tajantemente con el capitalismo? ¿Cómo?, ¿con cuáles fuerzas sociales?, ¿con cuales propuestas?, ¿reemplazándolo con qué sistema?, ¿apuntalando cuál civilización? ¿Acaso considera el autor que ya existe, prefabricado, el nuevo sistema productivo-reproductivo social que puede reemplazar al del mercado, y que solo se trataría de “aplicar” su recetario a las realidades concretas? ¿Se trata acaso de “aplicar” o de crear, construir y apostar a lo nuevo, conociéndolo en la medida que se lo va creando y construyendo? Estas son solo algunas interrogantes que pueden estimular el pensamiento colectivo acerca de estas problemáticas de fondo.
Está claro que los pueblos no saltan al vacío; los grandes cambios sociales ocurren siempre por acumulación, a partir de desarrollar las fuerzas sociales, económicas, culturales y políticas del pueblo capaces de desplazar (imponerse sobre) el –entonces- viejo orden metabólico social. Esto supone procesos histórico-sociales de creación colectiva de los pueblos, su autoconstitución en sujetos políticos de su vida, de su historia; supone la refundación democrática de nuevas institucionalidades e instituciones, de nuevas interrelaciones entre todos los integrantes de una sociedad, y con el mundo entero y con la naturaleza.
No se puede vivir en libertad en un mundo plagado de injusticias, salvo desde una posición individualista: Si yo estoy bien, no me importan los demás. No hay salida individual, por países, si no hay salida para todos los países, global. Se trata, entonces, en principio, de una transición anclada en diversos procesos integrales de cambios en el ámbito de cada país que tenderán a orientarse hacia el mismo rumbo y horizonte estratégico. En materia de integración, este es uno de los mayores desafío: definir un rumbo y un horizonte civilizatorio colectivos capaz de traccionar los procesos locales y regionales en una misma dirección, y definir cuál es esa dirección para encaminarse hacia el horizonte común. Es entonces cuando la paciencia histórica, así como la creación sostenida y la resistencia al capital y sus tentaciones cotidianas, se imponen como realidad.
Si se acepta que los procesos todos se desarrollarán durante bastante tiempo dentro del capitalismo, es de suponer entonces, pulseadas constantes, palmo a palmo, con el poder del capital, luchando por construir, sostener y desarrollar desde abajo otra hegemonía, popular, orientada a abrir cauces a una nueva civilización, anclada en el Buen Vivir y Convivir. En esta perspectiva, tal vez lo que el autor define como “retórica” anticapitalista de los gobiernos, resulte, en algunos casos, un recurso pedagógico político orientador-estimulador de cambios y creaciones, fortalecedor de procesos en curso que -desde abajo- alimentan las esperanzas y las utopías del nuevo mundo, haciéndolas realidad día a día en sus comunidades, en sus economías, en sus modos de vida solidarios, en un respeto creciente a la naturaleza recuperándola como sujeto de vida y para la vida, creciendo en la conciencia integral de la vida y de los modos de vida.
Todo esto supone un proceso integral de cambios en la concepción del mundo, del progreso, el bienestar, el desarrollo, la economía, la sociedad y las interrelaciones humanas y con la naturaleza. Nada puede verse, pensarse o resolverse por separado. Una nueva mentalidad, un cambio cultural se impone.
-Una nueva concepción de totalidad se abre paso
Es interesante notar que en el tiempo en que los posmodernistas anunciaban el fin de la totalidad y del “relato” colectivo, revive con fuerza el pensamiento científico que argumenta la concatenación universal de los fenómenos en la naturaleza y en la sociedad. Por supuesto, se trata de una totalidad nueva, profundizada y ampliada con el apoyo de la nano-sociología hasta lo macro, siempre con la mirada integradora que anuncia que lo analítico (fragmentado) es parte de un fenómeno social mayor al que se articula y que en esa articulación se define socialmente, o más exactamente, se interdefine permanentemente en procesos
de interacción constante y redefiniciones mutas, cambios, saltos… Tales son las dinámicas sociales dialécticas, más precisamente identificadas ahora como tales, por la denominada “teoría de la complejidad”.
-El lugar central de los procesos está en los sujetos
No hay teoría, ni propuesta, ni programa ni organización que pueda desplazar o sustituir el protagonismo creativo colectivo de los sujetos sociales y políticos, su capacidad para (auto)constituirse enfuerza sociopolítica de liberación, conducción política colectiva del proceso de cambios en los ámbitos parlamentario y extraparlamentario (conjugados, articulados). Concebir la actual tarea histórica civilizatoria de defensa integral de la vida, desde las élites, grupos reducidos, llámense estos partidos, movimientos, ong’s… implica quedar atrapado por una retórica testimonial que, a lo sumo, puede servir como justificación personal frente a la titánica labor colectiva de los pueblos abocados a crear el mundo que ha de sustituir a este.
-La interculturalidad y descolonización
Y esto alude directamente a presupuestos nuevos, que den cabida a la diversidad de actores, con sus modos de vida, cosmovisiones, cosmopercepciones, sus identidades, subjetividades, aspiraciones, propuestas… es decir, habla de superar el obsoleto paradigma dogmático acerca del sujeto revolucionario, que lo limitaba a una supuesta clase obrera industrial que, en rigor, nunca existió en Latinoamérica, llama a dejar atrás el eurocentrismo negador de los pueblos indígenas como sujetos con plenos derechos y capacidades, llama también a abrir espacios políticos a las mujeres con sus pensamientos liberadores, como a todos/as los marginados/as o excluidos/as según sus capacidades físicas, sus identidades sexuales, etc., en resumen, llama a abrir las prácticas políticas a la perspectiva intercultural para concebirlas desde este lugar, reclamando por tanto, una mirada que dé cuenta de los disímiles intereses de los diversos actores y sectores que conforman el llamado “campo popular”.
Esto supone también hacerse cargo de las disputas de poder que tienen y tendrán lugar en el seno del pueblo y que acompañarán la creación del nuevo mundo buscando nuevas relaciones y modalidades de organización y acción que vayan superando la verticalidad jerárquica instalada como el “saber hacer” de la humanidad durante milenios. Sobre esta base se podrán ir abriendo pasos hacia una perspectiva de interrelacionamiento cada vez más horizontal, reconociendo la igualdad entre los diferentes, en derechos, identidades, subjetividades, modos de vida, estableciendo condiciones para la convivencia de las diferencias sobre la base de equidad y la complementariedad. La democracia ocupa aquí un lugar central, puesto que limitarla a aquella –representativa o directa‑ que solo reconoce el derecho de las mayorías es, en realidad, una modalidad encubierta de autoritarismo, pactado y reglamentado en las constituciones.
El derecho es siempre para quienes lo necesitan, no para quienes lo poseen, es decir, alcanza también a las minorías, a los relegados/as de siempre, a los subordinados/as y excluidos/as históricos… Y su reconocimiento y ejercicio efectivo hay que construirlo colectivamente. No hay modos de convivencia colectiva que puedan imponerse a la humanidad, por muy perfectos que ellos resulten en la propuesta teórica. De ellos hay sobradas muestras en la historia reciente.
Por ello, la interculturalidad presupone, se asienta y promueve, la descolonización cultural (modo de vida y de pensamiento) de nuestras realidades, desde la historia hasta el futuro pasando por el presente. No dice solo respecto de la colonia, la conquista y colonización emprendidas en el siglo XV. Teniendo en cuenta que la conquista y colonización de América, genocidio mediante, implantó el capitalismo en estas tierras, los actuales procesos de descolonización comprenden todo el período histórico, desde tiempos de la llegada del capitalismo a nuestras tierras de la mano de la conquista y colonización hasta la liberación del jugo del capital en lo económico-social y cultural, en el modo de vida, de percepción, de conocimiento, de interrelacionamiento humano y con la naturaleza.
Para expresarlo sintéticamente: interculturalidad y descolonización constituyen pilares claves promotores de la nueva civilización, anclados en la equidad, la solidaridad y la búsqueda de armonía en la convivencia humana y con la naturaleza y, todo ello, sustentado en un nuevo modo de producción y reproducción, cuyo ciclo garantice la reproducción de la vida humana y de la naturaleza. Se trata de un proceso búsqueda y creación colectivas de una nueva racionalidad del metabolismo social, proceso que Franz Hinkelammert define como: racionalizar lo racionalizado (por el capital).
Esta es, en trazos gruesos, la situación.
Dibuja un tiempo movido por un gran tembladeral histórico en el que transitamos sacudidos permanentemente por reajustes o resquebrajamientos de la agonizante civilización construida y regida por el capital. No es de extrañar, por tanto, que los caminos diversos que hoy se plantean acerca de la transición orientada a una superación de esta civilización, provoquen mas incertidumbres que certezas. Vamos a un mundo nuevo, que depende de nuestras capacidades. No viene del más allá; no hay nadie que a priori lo haya prediseñado para nosotros… Como dice Silvio Rodríguez, “la revolución se hace a mano y sin permiso”.
-El Estado, ¿actor central o herramienta popular para la transición?
Destaco particularmente, en primer lugar, lo referente a la concepción y el papel del Estado, tanto en los inicios de los procesos de cambio orientados a la transición, como a los cambios que necesariamente habrán de ir suscitándose en el curso de esos procesos.
En este aspecto, se plantea una diferenciación entre los procesos encabezados por los gobiernos populares del continente, puesto que algunos de ellos, tal vez mejor avenidos a la definición de “progresistas” dada por Gudynas, se plantean ser una variante “prolija” del capitalismo, definiendo a esta civilización como su horizonte histórico.
Recuperar el papel central del Estado como institución pública garante de derechos sociales y del respaldo económico para el ejercicio efectivo de esos derechos, es apenas un primer paso, casi obligado, del que arrancan los gobiernos dada su situación posneoliberal inicial. Pero superado ese momento, se abren interrogantes claves. Entre ellas: ¿Es el Estado un actor central del proceso o es una herramienta? Si es una herramienta, ¿de quiénes y para quienes?. Y en ambos casos, ¿quiénes lo motorizan y conducen?, es decir, ¿quiénes son los protagonistas del proceso? Y aquí se abre una inmensidad para pensar y reflexionar. Aunque no es factible ahora adentrarme en este tema, vale recordar que el Estado, como toda institución pública, es la personificación de un poder de clase social específico, está hecho a su medida y en función de la defensa de sus intereses, que representa y para lo cual fue constituido. Es absurdo entonces, sostenerlo tal cual, es decir, ajustado a la defensa de esos intereses y su jurisprudencia y pretender que, a la vez ‑en tales términos‑, pueda resultar una herramienta de cambio social.
-Potenciar la participación y el control popular
Para poner la dirección en este rumbo hay procesos democratizadores transformadores imprescindibles, como por ejemplo, las asambleas constituyentes, cuya realización abre –jurídicamente- las puertas a la participación de la ciudadanía popular (movimientos indígenas y sociales) en la definición de las políticas publicas y la gestión de lo público, de sus territorios, sus comunidades, etc. Esta participación habrá de incrementarse sustantivamente en función de las tareas que los pueblos se tracen en cada momento, de ahí que las asambleas constituyentes serán varias, tantas como lo demande el proceso democratizador revolucionario en cada sociedad.
‑Transformar raizalmente la democracia
Los procesos democrático revolucionarios necesitan transformar la democracia, abrirla a la diversidad de ciudadanías que habitan en nuestras tierras, apostar a la participación de los pueblos desde abajo, avanzar hacia la plurinacionalidad, en cada país y en el continente.
No hay posibilidad de Estado plurinacional sin democracia plurinacional, pero esto hay que crearlo y construirlo, sostenerlo y desarrollar, en cada país y en el continente. La revolución democrático-cultural que tiene lugar en Bolivia, por ejemplo, lleva en esto la delantera, es el laboratorio de la nueva Latinoamérica, plurinacional, intercultural y descolonizada. No es que ya haya madurado como Estado plurinacional, pero esta definición ubica la plurinacionalidad en el horizonte y en los imaginarios, estimulando y traccionando el proceso hacia ese rumbo. Esto es parte de la conducción político-ideológica de los procesos.
¿Qué están llenos de errores?, obviamente. Lo contrario sería propio de un engaño.
No hay nada que hagamos, saliendo de las entrañas del mundo regido por el mercado y su lógica mezquina y competitiva que pueda ser “puro” y propio de un mundo otro, que todavía no ha sido creado por nosotros. Su alumbramiento ocurrirá mediante un parto doloroso, pero como en todos los caos, será maravilloso y balsámico. Por eso, en este contexto, más que la razón individual –que es importante, sobretodo para quien la sostiene-, es primordial aportar a la construcción de la razón colectiva, sustento de la voluntad colectiva. Esto no significa, sin embargo, que haya que silenciar las opiniones o críticas a los procesos; siempre que se hagan desde adentro, redundarán en beneficio colectivo, incluso si ellas también contienen errores.
No hay arbitro individual ni colectivo, partidario, onegeístico o institucional estatal o religioso que pueda dictaminar quién tiene la razón y quién no. No hay nada mas “feo” en política que la “razón de Estado”, en todos los casos.
Los intelectuales (orgánicos) no pueden diluirse en la gestión del gobierno o el Estado; ciertamente deben estar comprometidos, entrar al “fango” de la vida real, ser parte de las búsquedas y los procesos de construcción de lo nuevo; pensar desde afuera de los procesos no aporta, pero tampoco su exégesis. Es necesario ser parte, estar comprometidos y, a la vez, mantener un distanciamiento critico, necesario para que sea posible aportar al proceso colectivo. En esa interrelación, ser uno más, no aporta.
En resumen, considero que un trabajo como el que me ha movido a escribir estas líneas es un ejemplo palpable de las contradicciones de la diversidad de miradas, juicios y prejuicios que atraviesan los procesos políticos abiertos con los actuales gobiernos populares en el continente. Ellos tal vez abran cauces a transiciones que podrían desarrollarse a partir del presente, es decir a partir del inicio de las etapas posneoliberales, de la mano de grandes luchas sociales, intentan ahora embanderan procesos de cambios raizales.
Que estas reflexiones contribuyan a promover debates necesarios acerca de la transición hacia el mundo nuevo, alentando la búsqueda de un nuevo modo de producción y reproducción que haga posible el Buen Vivir y Convivir entre la humanidad y la naturaleza, anclado en nuevos paradigmas de bienestar, progreso, desarrollo y democracia, alimentando así un nuevo pensamiento critico revolucionario que nos convoca hoy a defender la vida atravesando los campos minados por el capital, sin entrenamiento previo.
Tales son algunos desafíos.Bibliografía empleada
Ø Gudynas, Eduardo (2013) “América Latina. Izquierda y progresismo: la gran divergencia”, ALAI http://alainet.org/active/70074
Ø Rauber, Isabel. (2012) Revoluciones desde abajo. Ed. Continente-Peña Lillo, Buenos Aires.
Ø Marx, Carlos. (1966) Crítica de la filosofía del estado de Hegel, Editora Política, La Habana.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Gobiernos populares de Latinoamérica, ¿transición o reciclaje?
Isabel Rauber
Rebelión
El texto de Gudynas intenta poner en blanco y negro los cambios políticos que vienen teniendo lugar en territorios de Nuestra América. En ese sentido, al iniciar el artículo afirma: “Uno de los mayores cambios políticos vividos en América Latina en los últimos veinte años fue el surgimiento y consolidación de los gobiernos de la nueva izquierda.” Nótese que el autor define a estos gobiernos latinoamericanos como “los gobiernos de la nueva izquierda”, sin embargo, de inmediato los subclasifica como “progresistas”, por considerarlos anclados “en la idea de progreso”. Sobre esta base, asegura, se marca una “divergencia” con “muchas de las ideas y sueños de la izquierda latinoamericana clásica.”
Así, en el primer párrafo del texto, el autor emplea tres categorías políticas diferentes: nueva izquierda, progresismo e izquierda clásica. Atribuye a ellas diferencias sustantivas en las miradas estratégicas, las propuestas y planes gubernamentales, y en las prácticas políticas concretas de los actores políticos que las encabezan. Sin embargo, no deja en claro qué entiende por “nueva izquierda”, ni por “izquierda clásica”. Tampoco define claramente que entiende por "progresismo" ni por "progreso".
Al principio parecería que, según el autor, la “nueva izquierda” es el “progresismo”, sin embargo, línea a línea, se ocupa de demostrar que los gobiernos que engloba indiferenciadamente al inicio como de la “nueva izquierda”, en realidad no lo son, puesto que solo llegan a ser “progresistas”. Aquí surgen interrogantes: ¿Por qué definirlos entonces como algo que inmediatamente se niega? Al parecer esto responde a la intención del autor de marcar una distancia sustantiva entre el período inicial de los gobiernos de la “nueva izquierda” en Latinoamérica, y el período actual, en el que siempre siguiendo a Gudynas‑, estos han devenido en: “progresistas”, anclados en las viejas ideas de progreso y crecimiento económico, es decir, economicistas. De aquí se derivarían, a ojos del autor, políticas muy limitadas de estos gobiernos en relación con la perspectiva de cambio social, ancladas en exportación de materias primas, en estimulación del consumo, en planes de asistencia económica a los sectores desprotegidos, para lo cual apelan –fundamentalmente‑ a políticas extractivistas…
“El progresismo actual (…) no discute las esencias conceptuales del desarrollo”, afirma el autor. Esto supondría, en síntesis, que los gobiernos de la ex-nueva izquierda devenidos en progresistas, se atienen planamente a la antigua concepción economicista del desarrollo, contradiciendo y alejándose crecientemente de los procesos democratizadores originariamente impulsados desde abajo, con los movimientos sociales, y ahora frenados-negados desde arriba. Llegado a este punto el autor entra en una seguidilla de consideraciones que buscan reforzar sus objeciones a los que considera hoy son ex-gobiernos de la “nueva izquierda”. Con las generalizaciones secundariza o menosprecia los esfuerzos por construir instancias articuladoras regionales (ALBA, UNASUR, CELAC) y su significación política en este tiempo para los procesos de cambio que pugnan por profundizase y enraizarse en cada país.
La transición en la nueva realidad global y continental
Un debate postergado pero imprescindible
El articulo mencionado resulta una provocación interesante, porque –aunque su autor no se lo proponga‑ con sus reclamos e imputaciones, pone al descubierto la necesidad de abrir debates acerca de la transición hacia la nueva sociedad, acerca de sus contenidos, sus tareas, sus significados, sus actores centrales, sus alcances, su horizonte histórico… en las condiciones actuales de Latinoamérica, en el actual sistema mundo y tiempo histórico que vivimos.
Vivimos tiempos de cambios constantes y de confusión, y ello lo refleja también Gudynas al escribir de forma confusa. Es evidente que tiene preocupaciones y se percata de algunos problemas, en realidad, poco novedosos para quienes seguimos de cerca el curso de los procesos actuales. Pero aunque no enseña nada nuevo, su análisis recorre algunos puntos clave que es preciso discutir. Toca muchas aristas y, al hacerlo –aunque de modo disperso y forzando regularidades donde, si existen, no están suficientemente claras aún‑, llama la atención y provoca el debate, considero que en ello radica probablemente su principal aporte.
No ocurre lo mismo cuando se refiere a las interrelaciones entre movimientos sociales y ong’s, estableciendo prácticamente una equiparación entre ellos, con lo cual da por tierra sus planteamientos respecto del protagonismo de los movimientos (¿o se refería a ong’s?). Igualmente resulta cuando menos llamativo su elogio a la CIDH, como si se tratar de un organismo que brillara por su criterio de justicia para con los pueblos… Estas referencias parecen más bien una reacción de enojo del autor frente a alguna crítica de la que pudo ser destinatario, aunque no lo manifiesta así en este artículo.
Algunos temas o problemáticas a considerar
-Cambio de mentalidad y construcción de un nuevo pensamiento crítico
Analizar con parámetros de ayer la realidad del presente es fuente segura de errores. Y ello ocurre cuando se intenta trazar una línea de continuidad analítica entre la realidad social local y mundial, las tareas y la perspectiva estratégica que se planteó la izquierda en el siglo XX, y la realidad del sistema-mundo actual del cual es parte nuestra región y, consiguientemente, entre las propuestas y actitudes políticas de la izquierda que hoy gobierna (“nueva izquierda”, “progresismo”), y los planteamientos de la “izquierda clásica” (de fines del siglo XX).
Vale hacer notar, además, que en el siglo pasado no existió una “izquierda clásica”, hubo muchas izquierdas, muchas miradas, propuestas, estrategias y caminos para lograrlas, protagonizados por actores políticos diversos, generalmente enfrentados entre sí. Tal fue el caso, por ejemplo, de la división entre los reformistas (camino gradual de reformas dentro del capitalismo) y losrevolucionarios (toma del poder, ruptura con el sistema e implantación del socialismo), y sus consiguientes propuestas de las entonces llamadas vía pacífica (electoral) y la vía armada (insurreccional o guerra de guerrillas para la “toma del poder”).
Indudablemente estas polémicas, lejos de estar saldadas, se manifiestan hoy bajo nuevas formas, aunque ahora tienen lugar en la realidad de un nuevo sistema-mundo regido por la hegemonía global del capital con sus instituciones de poder global del mercado. Al plantearse el cambio social, es necesario entonces, dar cuenta y enfrentar nuevas problemáticas, nuevos contenidos, horizontes y actores. No se puede trazar una línea directa entre los reformistas ayer y quienes hoy plantean caminos de reformas, ni viceversa. No se puede tampoco, contraponer abstractamente, reforma y revolución; dicotomía que cada día se revela más obsoletas, a la vez que surgen y se plantean nuevas y complejas mediaciones, contradicciones y tensiones entre lo viejo y lo nuevo, entre reformas y cambios raizales.
¿Qué significa hoy ser revolucionario?, ¿tomar el poder?, ¿qué poder?, ¿quiénes? Y, en tal caso: ¿qué harían el día después?, ¿quiénes?, ¿con quiénes?, ¿cómo?
¿Para qué se quiere o se necesita el poder político-institucional? Pues para impulsar cambios en la realidad social, promover la organización y ampliación del sujeto político-social en su desarrollo hacia la conformación de la fuerza social de liberación, capaz de constituirse en conducción soiopolítica popular del proceso histórico de cambios, desde abajo, en los ámbitos parlamentario y extraparlamentario. Y para pensar colectivamente, decidir y realizar los cambios raizales, en la medida que el conjunto de condiciones sociales, culturales, de conciencia, organización, y en la subjetividades, así lo haga posible… transformando la correlación de fuerzas anclada en el poder constituido, desde el nuevo poder constituyente.
-De la izquierda del ‘deber ser’ a la izquierda del ‘ser’
Ser de izquierda significa que se es revolucionario, no que se recitan textos, ni que se dicen bonitos discursos, o que se tienen perfectos programas. Ser revolucionario es ser parte del proceso colectivo de cambio del mundo en sentido de justicia, equidad, paz, progreso humano, en el sentido y con el contenido que esto tiene para el horizonte revolucionario… ¿Qué cantidad de cambios hay que hacer en cada momento y a qué velocidad han de realizarse? Nada de ello puede definirse fuera de la arena de los acontecimientos y sus contradicciones. No hay recetas; no hay fórmulas. Se trata de una pulseada permanente con el poder del capital en general y con los nichos de su hegemonía que están dentro de nosotros mismos.
La teoría revolucionaria no puede existir fuera de los procesos revolucionarios y sus sujetos; es guía para la acción en tanto emana de ella, se nutre y enriquece en las prácticas socio-transformadoras y hacia ellas vuelve, marcando aciertos, errores, desafíos, mostrando trampas y abriendo caminos… estimulando la marcha. Es pensamiento crítico de las prácticas revolucionarias, por eso puede orientarlas, ser “guía para la acción”. Lamentablemente, esta expresión se tomó al pie de la letra, mecánicamente, suponiendo que para ello debía haber una doctrina correcta, científica, previa a los acontecimientos. Ella, como si fuera una linterna, habría de conducir a los pueblos en lucha por el buen camino, alejando a sus conducciones de errores y derrotas. Nada más alejado de la realidad, de la propuesta epistemológica de Marx, y de la verdad histórica.
No existe una teoría absoluta sobre el comunismo, el socialismo comunista, comunitario, o del siglo XXI, esperando en el algún lugar (fuera del mundo), para ser “aplicada” a cada realidad. Nada másapriorístico y dogmático que ello. Como ya advirtiera Marx, esta es “la oposición típica del idealismo entre la realidad y lo que debe ser…”, paradójicamente el rasgo característico del mal llamado “marxismo científico” en el siglo XX. [Marx,C., 1966: 11]
La ideología, el pensamiento crítico revolucionario, el pensamiento político y social se van construyendo permanentemente, es decir, están en constante cambio, con los acontecimientos históricos, con la maduración de conciencia de los sujetos en sus prácticas, con las dinámicas de las luchas sociales de clases, etcétera. Como advirtiera Mariátegui: es una “creación heroica” de los pueblos, y por tanto, hay que rescatar esa creación, sistematizarla y conceptualizarla y reconceptualizarla permanentemente, desde abajo, en articulación orgánica con los sujetos colectivos de las prácticas sociales, siendo –a la vez- parte de ellos.
-Del enfoque analítico abstracto a la mirada analítica sistémica (concreta)
El autor presenta sus enfoques aún atrapados por los límites del pensamiento lineal‑fragmentario propio del siglo XX: aborda las cuestiones ecológicas o de la naturaleza de modo aislado, igualmente lo relativo a pobreza, desarrollo, democracia… como si estas problemáticas sociales se pudieran analizar y resolver aisladamente, sin contar con un enfoque integral sistémico de la realidad social en cada momento (integrando economía, política, cultura, modo de vida). Concuerda con el Buen Vivir levantado por los gobiernos, pero les recrimina que no lo llevan a cabo.
La pregunta, en tal caso, sería: ¿Cómo saber si lo llevan a cabo o no?, ¿a partir de qué elementos?, ¿desde dónde, con quiénes y con cuáles parámetros medirlo? ¿Porqué? Indudablemente hay que entrarle de lleno a estos debates.
Urge reflexionar sobre las condiciones de la transición en la situación actual del mundo y de nuestras sociedades, teniendo como punto de partida (y de llegada), las experiencias de los actores sociopolíticos que las llevan adelante, sus y las subjetividades, identidades, cosmovisiones…
-Recuperar la dimensión analítica y sistémica de la categoría “modo de producción”
Ser ecologista, por ejemplo, no implica necesariamente estar ubicado en el nuevo tiempo. Si se piensa en la ecología separada del modo de producción y reproducción de la vida social, se mantiene la vieja concepción de la naturaleza como objeto del cual la humanidad puede “servirse”, en tanto sujeto.
Integralmente, el debate acerca de la ecología es parte del debate civilizatorio, del planteo claro de la indivisible interrelación naturaleza-sociedad como clave para la defensa de la vida toda. Este resulta uno de los anclajes epistemológico-cosmovisivo fundamental pues abre posibilidades para la creación de un nuevo modo de producción y reproducción de la vida social, es decir, de un modo de vida, anclado en la indivisibilidad de la vida humana y de la naturaleza. Es por ello, un horizonte promotor de la creación de una nueva civilizan (re-humanizada).
La civilización creada por el capital y su lógica de mercado amenazan a la sociedad y la naturaleza de muerte, el sistema mundo anclado en la producción destructiva para satisfacer la voracidad creciente de ganancias de los centros del poder global del capitalismo actual, profundiza un sistema productivo-destructivo que no toma en cuenta el sistema reproductivo, es decir, no se hace cargo de las consecuencias o cargas sociales que su reproducción sistemática imponen a la sociedad (con énfasis en las interrelaciones humanas y sus modos de vida) y a la naturaleza. Encontrándonos al borde del abismo, la defensa de la vida se impone y es integral y reclama la construcción de una convivencia armónica entre sociedad y naturaleza como parte de un todo que se llama vida. Con esto quiero subrayar un elemento central: el contenido sistémico, interconectado de las problemáticas a enfrentar y, por tanto, de las respuestas a construir para superarlas.
En relación con esto, está claro que los caminos de la transición hacia la nueva sociedad y el nuevo mundo ‑cuyo horizonte se redefine y abre con la llegada de estos gobiernos de la “nueva izquierda progresista” latinoamericana‑, ya no pueden analizarse con los lentes de una lupa del siglo XX, cuyos parámetros pertenecen a un mundo y un tiempo histórico que ya no existe.
Las problemáticas de hoy no son exactamente las mismas de ayer, recicladas. Aunque muchas coinciden, se desarrollan en situaciones y dimensiones nuevas, con aristas e interconexiones no solamente nuevas, sino anteriormente desconocidas o inimaginadas. Por ello hay que descubrirlas y analizarlas tal como ellas existen y se manifiestan hoy.
Habría que ir incluso unos pasos atrás y ver si existe una claridad común en la definición acerca de cuáles son los pilares claves para avanzar hacia una civilización capaz de superar los males, las tragedia, los modos de interrelacionamiento y pensamiento humanos de la civilización actual, regida por la lógica del metabolismo social del capital.
Un recorrido por las programáticas de los actuales gobiernos progresistas, de izquierda, revolucionarios o populares de la región parece indicar que no es así. Esto refuerza la necesidad de centrar las reflexiones también en este aspecto ‑aunque sin pretender unificar o encasillar procesos socioculturales profundamente diferentes‑, para ir fortaleciendo, tal vez, sus posibilidades de encaminarse hacia la construcción de convergencias estratégicas. Esto es parte de los desafíos del presente. A ello se anudan interrogantes claves. Entre ellas:
¿Quiénes son los creadores y protagonistas de las definiciones del rumbo de los cambios, de sus contenidos, sus ritmos, etc.? ¿Puede el pueblo de un solo país, aisladamente, en el mundo globalizado, crear y construir una civilización nueva?, ¿en qué aspectos sí y en qué debe hacerlo interarticuladamente con otros? ¿Cuál es el sentido de la integración latinoamericana?, ¿está relacionada con la posibilidad de construir un referente regional capaz de correr el horizonte civilizatorio mas allá de los límites del capital o es solo un campo formal para el intercambio mercantil y diplomático?, etcétera.
Reflexionar sobre esto ayudará a pensar hasta dónde un proceso de cambios sociales raizales puede avanzar dentro del capitalismo, realidad sociopolítica, económica y cultural en la que viven y se desarrollan todos los países, gobiernos y procesos del mundo, y desde la cual y en la cual también creamos, construimos los cambios y pensamos la transición. Ello contribuiría, por ejemplo, a matizar o reinterpretar la expresión del autor cuando, refiriéndose a los gobiernos de la “nueva izquierda” o “progresistas” latinoamericanos, dice: “…en algunos casos hay una retórica de denuncia al capitalismo, pero en la realidad prevalecen economías insertadas en éste...”.
¿Acaso supone el autor que los que ganaron las elecciones podrían romper inmediata y tajantemente con el capitalismo? ¿Cómo?, ¿con cuáles fuerzas sociales?, ¿con cuales propuestas?, ¿reemplazándolo con qué sistema?, ¿apuntalando cuál civilización? ¿Acaso considera el autor que ya existe, prefabricado, el nuevo sistema productivo-reproductivo social que puede reemplazar al del mercado, y que solo se trataría de “aplicar” su recetario a las realidades concretas? ¿Se trata acaso de “aplicar” o de crear, construir y apostar a lo nuevo, conociéndolo en la medida que se lo va creando y construyendo? Estas son solo algunas interrogantes que pueden estimular el pensamiento colectivo acerca de estas problemáticas de fondo.
Está claro que los pueblos no saltan al vacío; los grandes cambios sociales ocurren siempre por acumulación, a partir de desarrollar las fuerzas sociales, económicas, culturales y políticas del pueblo capaces de desplazar (imponerse sobre) el –entonces- viejo orden metabólico social. Esto supone procesos histórico-sociales de creación colectiva de los pueblos, su autoconstitución en sujetos políticos de su vida, de su historia; supone la refundación democrática de nuevas institucionalidades e instituciones, de nuevas interrelaciones entre todos los integrantes de una sociedad, y con el mundo entero y con la naturaleza.
No se puede vivir en libertad en un mundo plagado de injusticias, salvo desde una posición individualista: Si yo estoy bien, no me importan los demás. No hay salida individual, por países, si no hay salida para todos los países, global. Se trata, entonces, en principio, de una transición anclada en diversos procesos integrales de cambios en el ámbito de cada país que tenderán a orientarse hacia el mismo rumbo y horizonte estratégico. En materia de integración, este es uno de los mayores desafío: definir un rumbo y un horizonte civilizatorio colectivos capaz de traccionar los procesos locales y regionales en una misma dirección, y definir cuál es esa dirección para encaminarse hacia el horizonte común. Es entonces cuando la paciencia histórica, así como la creación sostenida y la resistencia al capital y sus tentaciones cotidianas, se imponen como realidad.
Si se acepta que los procesos todos se desarrollarán durante bastante tiempo dentro del capitalismo, es de suponer entonces, pulseadas constantes, palmo a palmo, con el poder del capital, luchando por construir, sostener y desarrollar desde abajo otra hegemonía, popular, orientada a abrir cauces a una nueva civilización, anclada en el Buen Vivir y Convivir. En esta perspectiva, tal vez lo que el autor define como “retórica” anticapitalista de los gobiernos, resulte, en algunos casos, un recurso pedagógico político orientador-estimulador de cambios y creaciones, fortalecedor de procesos en curso que -desde abajo- alimentan las esperanzas y las utopías del nuevo mundo, haciéndolas realidad día a día en sus comunidades, en sus economías, en sus modos de vida solidarios, en un respeto creciente a la naturaleza recuperándola como sujeto de vida y para la vida, creciendo en la conciencia integral de la vida y de los modos de vida.
Todo esto supone un proceso integral de cambios en la concepción del mundo, del progreso, el bienestar, el desarrollo, la economía, la sociedad y las interrelaciones humanas y con la naturaleza. Nada puede verse, pensarse o resolverse por separado. Una nueva mentalidad, un cambio cultural se impone.
-Una nueva concepción de totalidad se abre paso
Es interesante notar que en el tiempo en que los posmodernistas anunciaban el fin de la totalidad y del “relato” colectivo, revive con fuerza el pensamiento científico que argumenta la concatenación universal de los fenómenos en la naturaleza y en la sociedad. Por supuesto, se trata de una totalidad nueva, profundizada y ampliada con el apoyo de la nano-sociología hasta lo macro, siempre con la mirada integradora que anuncia que lo analítico (fragmentado) es parte de un fenómeno social mayor al que se articula y que en esa articulación se define socialmente, o más exactamente, se interdefine permanentemente en procesos
de interacción constante y redefiniciones mutas, cambios, saltos… Tales son las dinámicas sociales dialécticas, más precisamente identificadas ahora como tales, por la denominada “teoría de la complejidad”.
-El lugar central de los procesos está en los sujetos
No hay teoría, ni propuesta, ni programa ni organización que pueda desplazar o sustituir el protagonismo creativo colectivo de los sujetos sociales y políticos, su capacidad para (auto)constituirse enfuerza sociopolítica de liberación, conducción política colectiva del proceso de cambios en los ámbitos parlamentario y extraparlamentario (conjugados, articulados). Concebir la actual tarea histórica civilizatoria de defensa integral de la vida, desde las élites, grupos reducidos, llámense estos partidos, movimientos, ong’s… implica quedar atrapado por una retórica testimonial que, a lo sumo, puede servir como justificación personal frente a la titánica labor colectiva de los pueblos abocados a crear el mundo que ha de sustituir a este.
-La interculturalidad y descolonización
Y esto alude directamente a presupuestos nuevos, que den cabida a la diversidad de actores, con sus modos de vida, cosmovisiones, cosmopercepciones, sus identidades, subjetividades, aspiraciones, propuestas… es decir, habla de superar el obsoleto paradigma dogmático acerca del sujeto revolucionario, que lo limitaba a una supuesta clase obrera industrial que, en rigor, nunca existió en Latinoamérica, llama a dejar atrás el eurocentrismo negador de los pueblos indígenas como sujetos con plenos derechos y capacidades, llama también a abrir espacios políticos a las mujeres con sus pensamientos liberadores, como a todos/as los marginados/as o excluidos/as según sus capacidades físicas, sus identidades sexuales, etc., en resumen, llama a abrir las prácticas políticas a la perspectiva intercultural para concebirlas desde este lugar, reclamando por tanto, una mirada que dé cuenta de los disímiles intereses de los diversos actores y sectores que conforman el llamado “campo popular”.
Esto supone también hacerse cargo de las disputas de poder que tienen y tendrán lugar en el seno del pueblo y que acompañarán la creación del nuevo mundo buscando nuevas relaciones y modalidades de organización y acción que vayan superando la verticalidad jerárquica instalada como el “saber hacer” de la humanidad durante milenios. Sobre esta base se podrán ir abriendo pasos hacia una perspectiva de interrelacionamiento cada vez más horizontal, reconociendo la igualdad entre los diferentes, en derechos, identidades, subjetividades, modos de vida, estableciendo condiciones para la convivencia de las diferencias sobre la base de equidad y la complementariedad. La democracia ocupa aquí un lugar central, puesto que limitarla a aquella –representativa o directa‑ que solo reconoce el derecho de las mayorías es, en realidad, una modalidad encubierta de autoritarismo, pactado y reglamentado en las constituciones.
El derecho es siempre para quienes lo necesitan, no para quienes lo poseen, es decir, alcanza también a las minorías, a los relegados/as de siempre, a los subordinados/as y excluidos/as históricos… Y su reconocimiento y ejercicio efectivo hay que construirlo colectivamente. No hay modos de convivencia colectiva que puedan imponerse a la humanidad, por muy perfectos que ellos resulten en la propuesta teórica. De ellos hay sobradas muestras en la historia reciente.
Por ello, la interculturalidad presupone, se asienta y promueve, la descolonización cultural (modo de vida y de pensamiento) de nuestras realidades, desde la historia hasta el futuro pasando por el presente. No dice solo respecto de la colonia, la conquista y colonización emprendidas en el siglo XV. Teniendo en cuenta que la conquista y colonización de América, genocidio mediante, implantó el capitalismo en estas tierras, los actuales procesos de descolonización comprenden todo el período histórico, desde tiempos de la llegada del capitalismo a nuestras tierras de la mano de la conquista y colonización hasta la liberación del jugo del capital en lo económico-social y cultural, en el modo de vida, de percepción, de conocimiento, de interrelacionamiento humano y con la naturaleza.
Para expresarlo sintéticamente: interculturalidad y descolonización constituyen pilares claves promotores de la nueva civilización, anclados en la equidad, la solidaridad y la búsqueda de armonía en la convivencia humana y con la naturaleza y, todo ello, sustentado en un nuevo modo de producción y reproducción, cuyo ciclo garantice la reproducción de la vida humana y de la naturaleza. Se trata de un proceso búsqueda y creación colectivas de una nueva racionalidad del metabolismo social, proceso que Franz Hinkelammert define como: racionalizar lo racionalizado (por el capital).
Esta es, en trazos gruesos, la situación.
Dibuja un tiempo movido por un gran tembladeral histórico en el que transitamos sacudidos permanentemente por reajustes o resquebrajamientos de la agonizante civilización construida y regida por el capital. No es de extrañar, por tanto, que los caminos diversos que hoy se plantean acerca de la transición orientada a una superación de esta civilización, provoquen mas incertidumbres que certezas. Vamos a un mundo nuevo, que depende de nuestras capacidades. No viene del más allá; no hay nadie que a priori lo haya prediseñado para nosotros… Como dice Silvio Rodríguez, “la revolución se hace a mano y sin permiso”.
-El Estado, ¿actor central o herramienta popular para la transición?
Destaco particularmente, en primer lugar, lo referente a la concepción y el papel del Estado, tanto en los inicios de los procesos de cambio orientados a la transición, como a los cambios que necesariamente habrán de ir suscitándose en el curso de esos procesos.
En este aspecto, se plantea una diferenciación entre los procesos encabezados por los gobiernos populares del continente, puesto que algunos de ellos, tal vez mejor avenidos a la definición de “progresistas” dada por Gudynas, se plantean ser una variante “prolija” del capitalismo, definiendo a esta civilización como su horizonte histórico.
Recuperar el papel central del Estado como institución pública garante de derechos sociales y del respaldo económico para el ejercicio efectivo de esos derechos, es apenas un primer paso, casi obligado, del que arrancan los gobiernos dada su situación posneoliberal inicial. Pero superado ese momento, se abren interrogantes claves. Entre ellas: ¿Es el Estado un actor central del proceso o es una herramienta? Si es una herramienta, ¿de quiénes y para quienes?. Y en ambos casos, ¿quiénes lo motorizan y conducen?, es decir, ¿quiénes son los protagonistas del proceso? Y aquí se abre una inmensidad para pensar y reflexionar. Aunque no es factible ahora adentrarme en este tema, vale recordar que el Estado, como toda institución pública, es la personificación de un poder de clase social específico, está hecho a su medida y en función de la defensa de sus intereses, que representa y para lo cual fue constituido. Es absurdo entonces, sostenerlo tal cual, es decir, ajustado a la defensa de esos intereses y su jurisprudencia y pretender que, a la vez ‑en tales términos‑, pueda resultar una herramienta de cambio social.
-Potenciar la participación y el control popular
Para poner la dirección en este rumbo hay procesos democratizadores transformadores imprescindibles, como por ejemplo, las asambleas constituyentes, cuya realización abre –jurídicamente- las puertas a la participación de la ciudadanía popular (movimientos indígenas y sociales) en la definición de las políticas publicas y la gestión de lo público, de sus territorios, sus comunidades, etc. Esta participación habrá de incrementarse sustantivamente en función de las tareas que los pueblos se tracen en cada momento, de ahí que las asambleas constituyentes serán varias, tantas como lo demande el proceso democratizador revolucionario en cada sociedad.
‑Transformar raizalmente la democracia
Los procesos democrático revolucionarios necesitan transformar la democracia, abrirla a la diversidad de ciudadanías que habitan en nuestras tierras, apostar a la participación de los pueblos desde abajo, avanzar hacia la plurinacionalidad, en cada país y en el continente.
No hay posibilidad de Estado plurinacional sin democracia plurinacional, pero esto hay que crearlo y construirlo, sostenerlo y desarrollar, en cada país y en el continente. La revolución democrático-cultural que tiene lugar en Bolivia, por ejemplo, lleva en esto la delantera, es el laboratorio de la nueva Latinoamérica, plurinacional, intercultural y descolonizada. No es que ya haya madurado como Estado plurinacional, pero esta definición ubica la plurinacionalidad en el horizonte y en los imaginarios, estimulando y traccionando el proceso hacia ese rumbo. Esto es parte de la conducción político-ideológica de los procesos.
¿Qué están llenos de errores?, obviamente. Lo contrario sería propio de un engaño.
No hay nada que hagamos, saliendo de las entrañas del mundo regido por el mercado y su lógica mezquina y competitiva que pueda ser “puro” y propio de un mundo otro, que todavía no ha sido creado por nosotros. Su alumbramiento ocurrirá mediante un parto doloroso, pero como en todos los caos, será maravilloso y balsámico. Por eso, en este contexto, más que la razón individual –que es importante, sobretodo para quien la sostiene-, es primordial aportar a la construcción de la razón colectiva, sustento de la voluntad colectiva. Esto no significa, sin embargo, que haya que silenciar las opiniones o críticas a los procesos; siempre que se hagan desde adentro, redundarán en beneficio colectivo, incluso si ellas también contienen errores.
No hay arbitro individual ni colectivo, partidario, onegeístico o institucional estatal o religioso que pueda dictaminar quién tiene la razón y quién no. No hay nada mas “feo” en política que la “razón de Estado”, en todos los casos.
Los intelectuales (orgánicos) no pueden diluirse en la gestión del gobierno o el Estado; ciertamente deben estar comprometidos, entrar al “fango” de la vida real, ser parte de las búsquedas y los procesos de construcción de lo nuevo; pensar desde afuera de los procesos no aporta, pero tampoco su exégesis. Es necesario ser parte, estar comprometidos y, a la vez, mantener un distanciamiento critico, necesario para que sea posible aportar al proceso colectivo. En esa interrelación, ser uno más, no aporta.
En resumen, considero que un trabajo como el que me ha movido a escribir estas líneas es un ejemplo palpable de las contradicciones de la diversidad de miradas, juicios y prejuicios que atraviesan los procesos políticos abiertos con los actuales gobiernos populares en el continente. Ellos tal vez abran cauces a transiciones que podrían desarrollarse a partir del presente, es decir a partir del inicio de las etapas posneoliberales, de la mano de grandes luchas sociales, intentan ahora embanderan procesos de cambios raizales.
Que estas reflexiones contribuyan a promover debates necesarios acerca de la transición hacia el mundo nuevo, alentando la búsqueda de un nuevo modo de producción y reproducción que haga posible el Buen Vivir y Convivir entre la humanidad y la naturaleza, anclado en nuevos paradigmas de bienestar, progreso, desarrollo y democracia, alimentando así un nuevo pensamiento critico revolucionario que nos convoca hoy a defender la vida atravesando los campos minados por el capital, sin entrenamiento previo.
Tales son algunos desafíos.Bibliografía empleada
Ø Gudynas, Eduardo (2013) “América Latina. Izquierda y progresismo: la gran divergencia”, ALAI http://alainet.org/active/70074
Ø Rauber, Isabel. (2012) Revoluciones desde abajo. Ed. Continente-Peña Lillo, Buenos Aires.
Ø Marx, Carlos. (1966) Crítica de la filosofía del estado de Hegel, Editora Política, La Habana.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
A geografia do Califato da Al-Qaeda (mapas e vídeos) 03/01/2014
2/1/2014, Assad Frangieh, Oriente Mídia
Enviado pelo pessoal da Vila Vudu
Com o apoio logístico de armas, munições, inteligência e facilidades para agregar militantes de todos os países, o Líbano, a Jordânia, a Turquia e a Arábia Saudita tornaram-se o corrimão da esteira desses grupos em direção à Síria e ao Iraque. Entre os grupos de ideologia Takfiristas, Wahabistas e Jihadistas ( três facções que pregam o Califato Islâmico ao invés do Estado Independente), o Exército Islâmico do Iraque e do Levante constitui a organização mais bem disciplinada e organizada. Apesar de atuar em grupos pequenos de 20-100 homens, tais grupos seguem a hierarquia e as ordens de seu “Estado-Maior”. Os mapas abaixo mostram como os acontecimentos na Síria e, antes, do Iraque acabaram definindo uma geografia da Al-Qaeda.
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Mapa 1. (clique na imagem para aumentar) |
A linha vermelha é a fronteira da Turquia com a Síria, a linha azul é a fronteira da Turquia com o Iraque, a linha amarela é a fronteira do Irã com o Iraque, a linha verde é a fronteira Síria como o Iraque, a linha laranja é a fronteira da Jordânia e a linha lilás é a fronteira da Arábia Saudita. O mapa mostra também as fronteiras do Kuwait. A área hachurada em preto é a região onde Al-Qaeda consegue se movimentar com maior liberdade apesar dos confrontos ao nordeste com os curdos e ao sul com o Exército Sírio. Esta área se estende desde Azaz na Síria, na região rural de Aleppo e vai ao leste até próximo de Bagdá. São quase 900 Kms de leste ao oeste. No Iraque, a presença de comunidades sunitas em proporções maiores ao noroeste da capital acabou criando em certas regiões, áreas simpatizantes da Al-Qaeda ou simplesmente contrárias ao Governo Central apelidadas de “berços protetores”.
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Mapa 2. (clique na imagem para aumentar) |
A imagem mostra os dois estados iraquianos (Al-Anbar ao sul e Salah Al Dinn ao norte) onde a movimentação e a concentração da Al-Qaeda são maiores. Na atual ofensiva do Exército Iraquiano, os militantes receberam duros golpes ao longo da fronteira com a Síria, principalmente na passagem de Bou-Kamal. Vídeo a seguir mostrando bombardeio de helicópteros das forças iraquianas:
Fala-se em centenas de militantes mortos. As cidades em vermelho no Estado de Al-Anbar (Hit, Ramadi, Habbanyah) mostram onde houve fortes confrontos com recuo principal dos militantes em direção à Fallouja.
Ao noroeste de Bagdá, principalmente em Samarra e Tikrit, a presença do Exército Iraquiano é mais intensa e recebe o apoio da maioria dos chefes tribais habitantes da região. Da fronteira da Síria até as cidades “acolhedoras” da Al-Qaeda, muitas delas habitadas por ex-oficiais de Saddam Hussein e seus familiares, há uma distância de 350-450 quilômetros. As montanhas mais ao sul também representam um importante reduto para campos de treinamento, guarda de munições e esconderijos; têm na sua retaguarda a fronteira da Arábia Saudita e ao sudoeste, a fronteira da Jordânia. São imensas áreas para supervisionar, porém sem importância vital em razão da ausência de aglomerados populacionais.
Vídeo a seguir mostrando outras ações das forças iraquianas::
quinta-feira, 2 de janeiro de 2014
Bilionários aumentam suas riquezas em US$ 3,7, trilhões saqueando o povo 02/01/2014
Da Bloomberg News
Patrimônio de bilionários sobe para US$ 3,7 trilhões e Bill Gates supera magnata dos cassinos
Na América Latina a perda de Carlos Slim e a queda de Eike Batista são destaque; Jorge Paulo Lemann é a segunda pessoa mais rica da América Latina e o dono da maior fortuna do Brasil
©2014 Bloomberg News
Por Matthew G. Miller e Peter Newcomb
São Paulo, 2 de janeiro (Bloomberg) – As pessoas mais ricas do planeta ficaram ainda mais ricas em 2013 após aumentarem seu patrimônio líquido coletivo em US$ 524 bilhões, segundo o índice Bloomberg Billionaires, um ranking diário das 300 maiores fortunas individuais do mundo.
O patrimônio líquido total dos principais bilionários do mundo permaneceu em US$ 3,7 trilhões no fechamento do mercado, em 31 de dezembro, segundo o ranking. Os maiores ganhos ocorreram na indústria de tecnologia, que subiu 28 por cento ao longo do ano. Das 300 pessoas que apareceram no ranking final de 2013, apenas 70 registraram uma perda líquida no período de 12 meses.
“Os ricos continuarão ficando mais ricos em 2014”, disse John Catsimatidis, o bilionário fundador do conglomerado imobiliário e de energia Red Apple Group Inc., em entrevista por telefone, de seu escritório em Nova York. “As taxas de juros continuarão baixas, os mercados de ações continuarão subindo e a economia vai crescer menos de 2 por cento”.
Bill Gates, fundador e presidente da Microsoft Corp., com sede em Redmond, Washington, foi quem mais lucrou no ano. A fortuna do magnata de 58 anos de idade cresceu US$ 15,8 bilhões, para US$ 78,5 bilhões, segundo o índice, uma vez que as ações da Microsoft, a maior fabricante de softwares do mundo, subiram 40 por cento.
Em 16 de maio, Gates retomou do investidor mexicano Carlos Slim o título de pessoa mais rica do mundo. A fortuna de Gates também se beneficiou de uma recuperação das ações que ele mantinha, dentre as quais os papéis da Canadian National Railway Co. e da fabricante de produtos sanitizadores Ecolab Inc., que valorizaram 34 por cento e 45 por cento, respectivamente.
Four Seasons
A maior parte dos ativos de Gates está na Cascade Investment LLC, entidade por meio da qual ele possui participações em cerca de três dúzias de empresas de capital aberto e várias de capital fechado, incluindo a Four Seasons Hotels and Resorts e a Corbis Corp., uma empresa de arquivos fotográficos. Menos de um quarto da fortuna de Gates está na Microsoft. Ele doou US$ 28 bilhões para a Fundação Bill Melinda Gates.
John Pinette, porta-voz de Gates, preferiu não comentar
Os mercados globais subiram em 2013 e tiveram o maior ganho anual desde 2009, com um avanço de 24 por cento do índice MSCI World durante o ano, fechando em 1.661,07 em 31 de dezembro. O índice Standard and Poor's 500 subiu 30 por cento e fechou em 1.848,36, seu maior ganho anual desde 1997. O Stoxx Europe 600 teve um incremento de 17 por cento e fechou em 328,26.
As empresas do S&P 500 valem US$ 3,7 trilhões a mais agora do que 12 meses atrás, depois de um ano no qual o presidente do Federal Reserve, Ben S. Bernanke, sinalizou que promoveria uma redução nos estímulos econômicos. O mercado altista, que nasceu das profundezas da crise de crédito, entrou em seu sexto ano impulsionado por taxas de juros próximas de zero e pela convicção, entre os investidores, de que finalmente possuir ações é seguro de novo.
América Latina
Sheldon Adelson, fundador da Las Vegas Sands Corp., a maior empresa de cassinos do mundo, foi o segundo maior ganhador em 2013, com um aumento de US$ 14,4 bilhões em sua riqueza líquida depois que as ações da empresa subiram 71 por cento. A receita bruta com jogos em Macau deverá crescer 17 por cento em 2013, para US$ 44,5 bilhões, em relação ao recorde de US$ 38 bilhões em 2012, segundo Karen Tang, analista do Deutsche Bank AG em Hong Kong.
Carlos Slim perdeu US$ 1,4 bilhão neste ano. Sua América Móvil SAB, a maior operadora de telefonia celular das Américas, caiu 12 por cento nos três primeiros meses do ano depois que o Congresso do México aprovou um projeto de lei para anular o domínio do bilionário sobre o mercado. A empresa encerrou o ano em alta de 2 por cento depois de um recuo em uma expansão planejada na Europa, o que tranquilizou os investidores, que estavam desconfiados quanto ao investimento de bilhões de dólares que a estratégia exigiria.
Queda de Eike Batista
Slim, um mexicano de 73 anos de idade, está US$ 51 bilhões à frente de Jorge Paulo Lemann, a segunda pessoa mais rica da América Latina e o dono da maior fortuna do Brasil. A 3G Capital de Lemann concluiu em junho, por US$ 29 bilhões, a aquisição da HJ Heinz Co., com sede em Pittsburgh, uma transação realizada em parceria com a Berkshire Hathaway Inc., de Warren Buffett. Com seus dois sócios, o bilionário brasileiro, ex-jogador profissional de tênis, gerencia três marcas americanas icônicas: Burger King, a cerveja Budweiser e o ketchup Heinz.
A terceira pessoa mais rica da América Latina é o colombiano Luis Carlos Sarmiento, que controla mais de um quarto da indústria financeira do país por meio de bancos de capital aberto que formam o Grupo Aval, com sede em Bogotá. Sua fortuna caiu 7,4 por cento, para US$ 16,7 bilhões, segundo o ranking da Bloomberg.
Ninguém perdeu mais de sua fortuna que Eike Batista, cujo patrimônio líquido encolheu mais de US$ 12 bilhões neste ano. A OGX Petróleo Gás Participações SA, a empresa petrolífera que o transformou no homem mais rico do Brasil, pediu proteção de falência em outubro. Batista era a oitava pessoa mais rica do mundo em março de 2012 e agora tem um patrimônio líquido negativo, segundo o ranking da Bloomberg.
Bilionários ocultos
“Sua perda de credibilidade é explicada pelo fato de ele não ter entregado os resultados que foram prometidos quando ele abriu o capital de suas empresas”, disse Elad Revi, analista de investimentos da Spinelli SA, em entrevista por telefone, em 26 de julho, de São Paulo. “Foi uma reação em cadeia: ele perdeu credibilidade em uma e depois perdeu em todas elas”.
Em 2013, a Bloomberg News descobriu 109 bilionários que nunca tinham aparecido em um ranking internacional de riquezas, incluindo Lynsi Torres, a mais jovem mulher bilionária dos EUA. A herdeira da rede In-N-Out Burger, de 31 anos de idade, viu sua família transformar a In-N-Out, uma simples lanchonete com drive-through fundada em 1948 em Baldwin Park, Califórnia, em um império do setor de fast-food avaliado em mais de US$ 1 bilhão, segundo dados compilados pela Bloomberg.
John “Johnny” Morris se tornou bilionário reunindo lojas de vários esportes ao ar livre e acrescentando um toque de entretenimento à mistura. Desde que fundou a Bass Pro Shops LLC, em 1972, na loja de bebidas do pai, em Springfield, Missouri, Morris expandiu a rede para pelo menos 58 superlojas, com mais 20 planejadas. A empresa fabrica uma variedade de marcas de barcos de pesca e roupas e controla uma rede de restaurantes dentro das lojas.
Lugares inóspitos
Stephen Orenstein, 50, formou sua fortuna em ambientes mais hostis. Como proprietário majoritário da Supreme Group BV, Orenstein gerenciou a entrega de alimentos e combustíveis para algumas das partes mais inóspitas do mundo, como Libéria, Mali e Sudão. Seu negócio principal é o fornecimento para os militares no Afeganistão, onde os contratados desviam de balas disparadas pelo Taliban e de explosivos plantados por insurgentes.
O fundador da Shutterstock Inc., Jonathan Oringer, conseguiu um aumento de 222 por cento nas ações de sua empresa e se tornou o primeiro bilionário a emergir da Silicon Alley, um grupo de startups de tecnologia de Nova York. Oringer, de 39 anos de idade, fundou a Shutterstock em 2003 com 30.000 de suas próprias imagens e transformou a empresa no maior mercado de fotos e vídeos do mundo. Ele tem uma fortuna líquida de US$ 1,5 bilhão.
Musk acelera
C. James “Jim” Koch popularizou a cerveja artesanal nos EUA e transformou a Boston Beer Co. na segunda maior empresa cervejeira mantida por um americano. Sua trajetória o deixou bilionário, enquanto as vendas de sua marca principal, a Samuel Adams, contribuiram para que as ações da Boston Beer recuperassem 80 por cento nos últimos 12 meses.
“O que ele fez foi incrível”, disse David Geary, presidente da D.L. Geary Brewing, uma cervejaria artesanal de Portland, Maine, em entrevista por telefone, em setembro. “Ele é muito focado, um marqueteiro brilhante e ele meio que nos ensinou como vender cerveja”.
Jonathan Gray, o homem de 43 anos de idade que administra a empresa imobiliária Blackstone Group LP, tornou-se bilionário em maio, quando as ações da empresa de private-equity com sede em Nova York subiram. As ações da Blackstone dobraram no ano passado quando a empresa vendeu ativos e devolveu dinheiro a acionistas públicos e privados. Gray tem uma fortuna avaliada em US$ 1,4 bilhão.
O patrimônio líquido de Elon Musk teve o maior ganho porcentual entre os bilionários que formaram sua própria fortuna, com um aumento de 233 por cento ao longo do ano. A Tesla Motors Inc. de Musk, a fabricante de carros elétricos que está sendo inspecionada pelos órgãos reguladores dos EUA por causa de incêndios relacionados a baterias, mais que quadruplicou de tamanho, ajudando o bilionário a aumentar sua fortuna em US$ 5,6 bilhões.
Zuckerberg sobe
O sedã Model S, o principal da Tesla, com sede em Palo Alto, Califórnia, com um preço-base de US$ 70.000, manteve sua classificação cinco estrelas para resistência ao choque, a mais alta designação dada pela Administração Nacional de Segurança do Trânsito nas Estradas, dos EUA. Em novembro, a agência iniciou um processo de inspeção do carro depois que ocorreram incêndios em Tennessee e no estado de Washington quando os motoristas colidiram com pedaços de metal.
Mark Zuckerberg foi quem mais ganhou dólares no setor de tecnologia, aumentando em US$ 12,4 bilhões seu patrimônio líquido depois que as ações da Facebook Inc. mais que dobraram. O CEO da maior empresa de rede social do mundo vendeu mais de US$ 2 bilhões em ações no mês passado e doou outro US$ 1 bilhão para a fundação Silicon Valley Community.
As fortunas de Larry Page e Sergey Brin, os fundadores da Google Inc., cresceram mais de US$ 10 bilhões cada, uma vez que as ações da maior empresa de buscas on-line do mundo subiram 58 por cento.
Icahn, Gross
“A Google está investindo bastante”, disse Eric Schmidt, presidente da empresa e a 118º pessoa mais rica do mundo, em entrevista. “Nós estamos contratando globalmente. Nós enxergamos um forte crescimento com a chegada da internet em todo lugar”.
Carl Icahn passou a maior parte do ano duelando com outros bilionários enquanto aumentava em US$ 7 bilhões seu patrimônio líquido. O financista de 77 anos de idade lutou contra o vendedor a descoberto Bill Ackman pela Herbalife Ltd. e tentou arrancar a Dell Inc. de seu fundador, Michael Dell, em sua tentativa fracassada de tomar a empresa privada. Ele também travou uma disputa com o perito em bônus Bill Gross via Twitter, exigindo que o bilionário se unisse a ele em um compromisso com a Giving Pledge, organização que incentiva as pessoas mais ricas do mundo a doarem a maior parte de suas riquezas para a caridade.
A fortuna de Henry Kravis cresceu US$ 740 milhões neste ano. A KKR Co., empresa de private-equity que ele fundou com o primo George Roberts, disse em dezembro que levantou US$ 1,5 bilhão para seu primeiro fundo imobiliário, com a maior parte do dinheiro destinado a investimentos na América do Norte e até um quarto na Europa Ocidental.
Investigação da SAC
“Nós pensamos que a área de energia, de uma forma global, será muito interessante para nós”, disse Kravis, em entrevista, em novembro. “E, claro, tem a incerteza na área da saúde, que cria algumas oportunidades para nós”.
A perspectiva era menos otimista para Steven A. Cohen, fundador da SAC Capital Advisors LP. Embora a empresa tenha registrado um ganho de 20 por cento em 2013, segundo uma fonte com conhecimento dos retornos a empresa de fundo hedge de US$ 14 bilhões do magnata de 57 anos de idade chegou a um acordo de US$ 1,8 bilhão, em novembro, para encerrar uma investigação criminal relacionada ao uso de informações privilegiadas.
O procurador-geral americano Preet Bharara chamou a SAC de “um verdadeiro ímã para trapaceiros de mercado” por causa de um esquema de vazamento de informações privilegiadas que remonta a 1999. A SAC entrou em acordo para pagar a multa recorde e encerrar seu negócio de assessoria para investimentos. Cohen ainda gerenciará sua fortuna pessoal, avaliada em US$ 8,7 bilhões.
Riqueza da Ásia
Li Ka-Shing continua sendo o homem mais rico da Ásia, com uma fortuna de US$ 30,2 bilhões. Ele, que tem 85 anos de idade, controla a empresa de investimentos imobiliários Cheung Kong Holdings Ltd. e o conglomerado Hutchison Whampoa Ltd. Em outubro, Li sinalizou que poderia vender participações da unidade varejista da Hutchison e da Power Assets Holdings Ltd., a segunda maior fornecedora de energia de Hong Kong, para liberar capital com o objetivo de adquirir mais ativos na Europa, onde suas empresas investiram US$ 14,5 bilhões em aquisições nos últimos três anos, segundo dados compilados pela Bloomberg.
Quem mais lucrou na Ásia foi o magnata Lui Che Woo, dos cassinos de Macau, que expandiu sua fortuna pessoal em US$ 14,2 bilhões. A Galaxy Entertainment Group Ltd. de Lui, que tem capital aberto em Hong Kong, tem uma das seis licenças para jogos de azar no enclave chinês. A empresa é a segunda maior em receita e controla quase 20 por cento do mercado de cassinos da cidade.
As ações da Galaxy subiram 129 por cento em 2013 depois que Lui e seu filho Francis aumentaram sua maior propriedade, a Galaxy Macau, na área de Cotai, na cidade, para capitalizar o recorde de visitas de apostadores da China.
Mais rico da China
O título de pessoa mais rica da China mudou de mãos duas vezes em 2013. O bilionário da indústria de bebidas Zong Qinghou foi eclipsado em agosto pelo proprietário do grupo Dalian Wanda e magnata do entretenimento Wang Jianlin quando documentos regulatórios mostraram que os negócios de Wang sem relação com o setor imobiliário são mais valiosos que o calculado anteriormente.
Robin Li, fundador da Baidu Inc., com sede em Pequim, destronou Wang em dezembro depois que as ações do motor de busca mais usado da China recuperaram 77 por cento em 2013. A coroa pode ser repassada novamente. Cada um dos quatro principais bilionários do país possui uma fortuna de US$ 12 bilhões.
O presidente da Fast Retailing Inc., Tadashi Yanai, o homem mais rico do Japão, encerrou o ano com uma fortuna de US$ 20,9 bilhões e um aumento de 66 por cento em 12 meses. A fortuna do presidente do SoftBank Corp., Masayoshi Son, mais que dobrou e chegou a US$ 19 bilhões. O SoftBank pagou US$ 22 bilhões para adquirir a operadora de telecomunicações Sprint Corp., em julho, superando uma oferta concorrente do bilionário Charlie Ergen, da Dish Network Corp.
Compras de Ortega
Amancio Ortega manteve seu título de pessoa mais rica da Europa. A Inditex SA, a maior empresa varejista de vestuário, cresceu 14 por cento ao longo do ano. O bilionário comprou um edifício de escritórios em West End, em Londres, por 410 milhões de libras (US$ 679 milhões), disse uma fonte com conhecimento do assunto.
“Os bilionários estão perguntando o que devem fazer com seu dinheiro em 2014”, disse Mark Haefele, chefe global de investimentos da unidade de gerenciamento de riquezas do UBS AG, por telefone, de Nova York. “Os bancos centrais continuarão sendo solidários, então as ações provavelmente continuarão subindo durante o ano”.
Petrobras começa operação de nova plataforma na Bacia de Campos 02/01/2014
Sugerido por Sérgio T.
Do blog Fatos e Dados, da Petrobras
Plataforma P-55 entra em operação no campo de Roncador
1 de janeiro de 2014 / 13:19 Informes
Informamos que a plataforma de produção P55, um dos projetos estratégicos do nosso Plano de Negócios e Gestão 2013-2017, entrou em operação ontem (31/12/13), no campo de Roncador, na Bacia de Campos.
A P-55 é parte integrante do projeto Módulo 3 do campo de Roncador. Nela serão interligados 17 poços, sendo 11 produtores de petróleo e gás e seis injetores de água. A exportação de petróleo e gás natural da plataforma será realizada por dutos submarinos conectados da plataforma até a rede de escoamento de petróleo e gás da Bacia de Campos.
A P-55, unidade do tipo semissubmersível, instalada em local onde a profundidade é de 1.800 metros, foi projetada para processar 180 mil barris de petróleo por dia, comprimir 6 milhões m³ por dia de gás natural e injetar 290 mil barris de água por dia.
Com 52 mil toneladas, 10 mil m² de área, a P-55 é a maior plataforma semissubmersível construída no Brasil e uma das maiores do gênero no mundo.
A obra da P-55 integra o Plano de Aceleração do Crescimento (PAC) do Governo Federal. A construção e a integração dos módulos da plataforma foram feitos integralmente no Brasil, o que contribuiu para que o índice de conteúdo local chegasse a 79%. As obras geraram cerca de 5 mil empregos diretos e 15 mil indiretos.
A nova unidade trabalhará em conjunto com as plataformas de produção P-52 e P-54, já instaladas no campo de Roncador, e com a plataforma P-62, que deixou no dia 30/12/13 o Estaleiro Atlântico Sul, em Ipojuca (PE) e está a caminho da sua locação no Módulo IV do Campo.
Dados Técnicos sobre a P-55:
Dimensões do casco (compr. x larg. x alt.): 94 m x 94 m x 43 m
Peso total do Topside (convés/módulos): 26 mil toneladas
Conteúdo Local: 79%
Produção de petróleo: 180.000 barris por dia
Compressão de Gás: 6.000.000 de m³ por dia
Injeção de água: 290.000 barris por dia
Do blog Fatos e Dados, da Petrobras
Plataforma P-55 entra em operação no campo de Roncador
1 de janeiro de 2014 / 13:19 Informes
Informamos que a plataforma de produção P55, um dos projetos estratégicos do nosso Plano de Negócios e Gestão 2013-2017, entrou em operação ontem (31/12/13), no campo de Roncador, na Bacia de Campos.
A P-55 é parte integrante do projeto Módulo 3 do campo de Roncador. Nela serão interligados 17 poços, sendo 11 produtores de petróleo e gás e seis injetores de água. A exportação de petróleo e gás natural da plataforma será realizada por dutos submarinos conectados da plataforma até a rede de escoamento de petróleo e gás da Bacia de Campos.
A P-55, unidade do tipo semissubmersível, instalada em local onde a profundidade é de 1.800 metros, foi projetada para processar 180 mil barris de petróleo por dia, comprimir 6 milhões m³ por dia de gás natural e injetar 290 mil barris de água por dia.
Com 52 mil toneladas, 10 mil m² de área, a P-55 é a maior plataforma semissubmersível construída no Brasil e uma das maiores do gênero no mundo.
A obra da P-55 integra o Plano de Aceleração do Crescimento (PAC) do Governo Federal. A construção e a integração dos módulos da plataforma foram feitos integralmente no Brasil, o que contribuiu para que o índice de conteúdo local chegasse a 79%. As obras geraram cerca de 5 mil empregos diretos e 15 mil indiretos.
A nova unidade trabalhará em conjunto com as plataformas de produção P-52 e P-54, já instaladas no campo de Roncador, e com a plataforma P-62, que deixou no dia 30/12/13 o Estaleiro Atlântico Sul, em Ipojuca (PE) e está a caminho da sua locação no Módulo IV do Campo.
Dados Técnicos sobre a P-55:
Dimensões do casco (compr. x larg. x alt.): 94 m x 94 m x 43 m
Peso total do Topside (convés/módulos): 26 mil toneladas
Conteúdo Local: 79%
Produção de petróleo: 180.000 barris por dia
Compressão de Gás: 6.000.000 de m³ por dia
Injeção de água: 290.000 barris por dia
Após 10 anos de pesquisas, Petrobras lança gasolina S-50 pra substituir a automotiva 02/01/2014
Sugerido por Sérgio T.
Do blog Trabalhe Embarcado
Petrobras lança Gasolina S-50 em todo Brasil no dia 1º de janeiro
O novo combustível é fruto de um esforço integrado de diversas áreas da Petrobras: Abastecimento, Cenpes e Engenharia
A chegada de 2014 traz uma novidade da Petrobras. Depois de mais de 10 anos de trabalho e significativos investimentos, a companhia lança a Gasolina S-50. O novo combustível possui ultrabaixo teor de enxofre (de até 50 mg/kg), o que representa uma redução expressiva em relação a gasolina anterior (de até 800 mg/kg). A Gasolina S-50 substitui integralmente a gasolina automotiva em todo o território nacional, e continuará sendo identificada como “gasolina comum” nas bombas dos postos de serviço.
O novo combustível é fruto de um esforço integrado de diversas áreas da Petrobras: Abastecimento, Cenpes, Engenharia entre outras, e para sua produção foram construídas 21 unidades em nove refinarias da Petrobras: Reduc, Regap, Replan, RPBC, Revap, Recap, RLAM, Repar e Refap.
A Gasolina S-50 possibilita a introdução de novos veículos com modernas tecnologias para o tratamento de emissões e pode reduzir as emissões de gases no escapamento em alguns motores fabricados a partir de 2009.Esse produto apresenta ainda como benefício a baixa formação de depósitos em válvulas, bicos injetores e na câmara de combustão, com menor desgaste do motor, além de vida útil mais longa do lubrificante, mantendo a eficiência energética.
A Petrobras investe continuamente em tecnologia e qualidade de seus combustíveis. Foi pioneira na remoção total do chumbo na gasolina automotiva em 1989. A companhia também lançou a Gasolina Podium, com a maior octanagem do mundo (mínimo de 95 IAD) e 30 mg/kg máximo de teor de enxofre, que, desde 2002, já atendia a regulação que entra em vigor em 2014.
Com a Gasolina S-50 e o Diesel S-10, a Petrobras passa a oferecer uma linha de combustíveis com qualidade equivalente a dos mercados mais exigentes do mundo.
Robôs são responsáveis por 61,5% do tráfego da internet, segundo estudo 02/01/2014
Por jns
Fontes: Incapsula e Repubblica.it
Robô 'quase humano' é o padrão da rede
A web não está nas mãos de humanos, mas de outra espécie invasiva, por vezes perigosa e certamente menos conhecida do internauta médio.

As evidências de maior sofisticação da atividade hacker indicam que o crescimento do tráfego automatizado não será contido.
A análise da empresa especializada INCAPSULA confirmou que menos de 40% dos usuários da Internet são humanos. Os demais responsáveis pelo tráfego online são programas automáticos com funções legitimadas, tais como os motores de busca, ou são programas que possuem intenções maliciosas, incluindo o roubo de dados e os ataques cibernéticos.

Em março passado, a INCAPSULA publicou um estudo mostrando que a maioria do tráfego online (51%) foi gerada por entidades não humanas; 60% dos quais eram claramente maliciosas.

Segundo a nova pesquisa colossal, 61,5 % do tráfego na World Wide Web é imputável a entidades não humanas.
As atividades não automatizadas - pesquisa, leitura, navegação, downloads e fóruns - param em 38,5 por cento.

O tráfego Bot é até 21%
Em comparação com o relatório anterior, de 2012, observou-se um crescimento de 21% no tráfego total de bot, que passou a representar 61,5% dos visitantes do site. A maior parte desse crescimento é atribuído ao aumento das visitas de agentes certificados com software legítimo, tais como motores de busca, cuja presença aumentou de 20% para 31% em 2013.

Metodologia da Pesquisa
Para efeitos do estudo, foram analisadas 1,45 bilhão de visitas durante um período de 90 dias, a partir de um grupo de 20 mil sites da rede da INCAPSULA que é formado por clientes de todos os planos gratuitos disponíveis da empresa. Geograficamente, o tráfego abrangeu 249 países identificados por códigos fornecidos por um padrão ISO 3166-1.
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